Historia

En julio de 1890, llega a Bolivia el primer salesiano presbítero, el Revdo. Don Santiago Costamagna,  Inspector de las casas Salesianas en Argentina. Ese mismo año, recibió la orden de Mons. Juan Cagliero (primer obispo salesiano de la congregación) de visitar los colegios de Chile y Ecuador, gestionar una fundación en Lima y los medios de ingresar a Bolivia y llegar a Sucre donde el ex presidente, Gregorio Pacheco, quería que se funde una casa salesiana.

Cuando el Dr. Mariano Baptista se encontraba como Ministro Plenipotenciario en Buenos Aires, ya había conocido a los Salesianos. Es allí que nace la inquietud y el interés de que el carisma Salesiano estuviera presente en Bolivia, deseo que cumplirá siendo Presidente de la República de Bolivia. Fue así que el 8 de octubre de 1895 se firmó un documento en Turín – Italia y se pudo obtener de Don Rua, Rector Mayor de la Sociedad de San Francisco de Sales, el personal para la fundación de dos colegios de artes y oficios en las ciudades de La Paz y  Sucre.

El lunes, 13 de enero de 1986, 14 salesianos son enviados desde Buenos Aires para fundar los esperados institutos en Bolivia. El 17 de febrero, después de un accidentado viaje, y en plena fiesta de carnaval, llega el primer grupo de salesianos a La Paz, que fue recibido por representantes del gobierno y la sociedad paceña.

Por orden del Gobierno de Bolivia, se entrega de manera oficial a los Salesianos de Don Bosco un edificio, el terreno y pertenecías de lo que fue el Instituto Nacional Boliviano (ubicado en la Av. 16 de Julio), que fue inmediatamente bautizado como “Colegio de Artes y oficios” con 60 jóvenes externos.

A la par de la escuela de Artes y Oficios, se inauguró el Oratorio Festivo que inició con 400 niños y jóvenes en su primera semana. Durante varias semanas el número aumentó llegando a superar los mil oratorianos.

Durante 125 años de presencia en tierras bolivianas, los salesianos han “echado raíces” en diversas regiones del país, mediante la inculturación del carisma, la apuesta por la educación integral de la persona, privilegiando a las y los más jóvenes, sobre todo a las/os de escasos recursos. Es por eso que las diferentes obras en el territorio boliviano comprenden: casas de acogida, escuelas de convenio, institutos técnicos y de educación especial, internados, oratorios-juveniles y muchas otras más.